* Concepto:
Dependiendo del trayecto lesionado del nervio, produce:
· Parálisis de los músculos faciales en la Hemicara comprometida.
· Alteración de la secreción lagrimal y salival.
· Alteración de la sensibilidad gustativa.
Cualquier persona que padece de parálisis facial no sólo padece de una afección física, sino también de una afección psicológica importante, con sentimiento de pérdida de personalidad, identidad, poder y potencia.
La
deformación que aparece en la Hemicara y la impotencia del paciente
para dominarla le resultan insoportables. Cuando trata de hablar, se
siente frustrado por no poder transmitir el mensaje deseado, no sólo a
nivel de la mímica sino también de la fonación. Los trastornos aumentan
con la masticación y con el habla. Además, si desea expresarse con
fuerza, nota cómo el lado sano tira del lado enfermo de su cara,
aumentando de esta forma los trastornos.
1) Disminución o pérdida movimiento en todos los músculos faciales ipsilaterales, superiores e inferiores. Paresia inicial puede progresar a parálisis completa en 1 – 7 días.
2) Ocasionalmente: otalgia y alteraciones sensitivas ipsilaterales.
3) Síntomas acompañantes: Disgeusia, hiperacusia y epífora no real (rebosamiento de lágrimas por alteración de la motilidad palpebral.
2) Ocasionalmente: otalgia y alteraciones sensitivas ipsilaterales.
3) Síntomas acompañantes: Disgeusia, hiperacusia y epífora no real (rebosamiento de lágrimas por alteración de la motilidad palpebral.
* Cuadro clínico - Sistema de Graduación:
* Datos de mal pronóstico:
- Diferenciar de la epífora real.
- Dolor auricular (VVZ).
- Disacusia (Reflejo estapedial).
- Test Shirmer Patológico.
* Evaluación clínca:![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2gch-BBZq59ZQtJqjX1z4iKTf2-v5TIWO2TIRaeVv2khc6ERn-11mhNuIq00rDQcGYH6q9kUfbuytU__jD7etJr-VP4clZ9TGjMrlgdT1fK2g3DaaqD0D1IGsg-LRGFn8loKZN9VVXEQ/s640/5.JPG)
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- Disacusia (Reflejo estapedial).
- Test Shirmer Patológico.
* Evaluación clínca:
* Rehabilitación de los músculos de la cara:
* Método para facilitar el cierre ocular:
* Plan de rehabilitación:
El
número de sesiones no puede determinarse por anticipado, sino que
depende de la recuperación. La frecuencia de las sesiones suele ser
mensual durante 3 meses, y más tarde, cada 3 meses, hasta conseguir un
equilibrio facial que sea reconocido tanto por el paciente como por el
terapeuta.
En general, este equilibrio es reconocido por los demás pero no es admitido de la misma manera por el paciente, quien nota el desfase de velocidad entre el lado enfermo y el lado sano. La primera sesión es larga; es preciso prever 1 hora.
Después de haber realizado el
informe y las distintas exploraciones necesarias para evaluar la
evolución del proceso, se adapta el tratamiento y para ello se
proporciona al paciente toda la información posible sobre su enfermedad,
para que pueda llevar a cabo su rehabilitación y soportar las molestias
lo mejor posible.
* Consejos:
El
paciente recibe una hoja en la que figuran una serie de recomendaciones
que le enseñan a cerrar el ojo para protegerlo y evitar las queratitis:
oclusión del ojo durante el día si pica, y durante la noche, sistemas
que facilitan la oclusión haciendo más pesado el párpado superior.
Se
recomienda asimismo el uso de gafas 100/100 UVA UVB, que protejan
lateralmente los ojos para evitar el polvo, el viento y la luminosidad.
Todos estas medidas de protección pueden aliviar al paciente hasta que
comience a trabajar activamente el músculo orbitario ocular. La
kinesiterapia tiene en cuenta las distintas fases de la recuperación. 1º
fase es la fase fláccida, en la que los músculos son evaluados de 0 a 2
y los músculos dilatadores no presentan ninguna hipertonía después del
estiramiento endobucal.
* Adyuvantes:
- Calor: El calor sirve para mantener y conservar la vascularización y los
intercambios celulares a nivel muscular, hasta que llegue el impulso
nervioso. En realidad, la vascularización sigue estando presente, pero
como durante la fase fláccida los músculos son inoperantes, es menos
activa. Durante las fases de recuperación, el calor ayuda a evacuar los
ácidos lácticos, y durante las fases de hipertonías y sincinesias, sirve
para relajar los músculos y por lo tanto para preparar los
estiramientos musculares.
¿Qué tipo de calor se puede utilizar?
Se utilizan almohadillas térmicas a base de acetato de sodio. El calor
que generan es de 52° C aproximadamente, por lo que no hay riesgo de
quemar una piel con sensibilidad normal. Los otros medios están
contraindicados porque pueden desecar la córnea, producir quemaduras o
hipertensión. Los geles que se calientan en el microondas también
presentan riesgos considerables.
* Precauciones:
Antes
de aplicar calor, es necesario evaluar la sensibilidad de la cara. Esta
sensibilidad depende del trigémino, V nervio craneal que inerva distintos
territorios. Se exploran simultáneamente ambos lados, para que el
paciente pueda diferenciar la sensibilidad. Ésta puede estar totalmente
abolida o disminuida, y también es posible observar zonas sensibles y
otras no. Por lo tanto, es necesario prestar mucha atención y en caso de
localizar una zona hiposensible o insensible se debe envolver
imperativamente la almohadilla térmica con una tela antes de aplicarla
sobre la piel.
Por
otra parte, la aplicación de calor sobre el ojo, la sien y el cuello
está contraindicada por motivos de tipo vascular. El paciente se coloca
en decúbito supino o sentado. La almohadilla térmica tiene un tamaño
pequeño, generalmente 8 cm de ancho por 10 cm de largo.
* Masajes:
Masaje externo y endobucal y Masaje interno.
* Corrientes de excitación motora:
Como
los músculos de la cara son músculos cutáneos, su estimulación favorece
las hipertonías y sincinesias. Los músculos dilatadores son los que
están situados más cerca del tronco del facial y actúan mucho antes que
los músculos constrictores, ya que el punto libre cutáneo se aproxima al
punto fijo.
* Últimos adelantos:
- Medicamentos:
El
médico se encarga de prescribir los medicamentos. Los productos
antimioclónicos son muy eficaces y ayudan a corregir los movimientos
anárquicos que aparecen durante la rehabilitación. Los pacientes notan
menos los movimientos anárquicos y clónicos, se obsesionan menos e
incluso pueden llegar a olvidarlos, salvo en caso de estrés, frío o
emoción.
- Imanes:
Los imanes son utilizados por su efecto mecánico, especialmente por el efecto de
repulsión cuando su polaridad es idéntica. Se colocan durante la noche
para aprovechar el tono basal reducido. Se aplican sobre la polaridad
«norte», que alivia la contractura, después de haber calentado la
hemicara, a fin de relajar los músculos que trabajan de forma anárquica y
acortada y lograr un estiramiento prolongado. Los imanes se colocan en
el origen y la terminación de los músculos que se busca estirar y se
sujetan con tiras de esparadrapo antialérgico bien separadas, para no
inhibir la acción del estiramiento de la piel.
- Toxina botulínica:
Las
inyecciones de toxina botulínica Sólo se emplean excepcionalmente en
uno o dos músculos, para que éstos «hibernen» y, aprovechando su
ineficacia, el paciente pueda recuperar la función de los antagonistas.
Los pacientes siempre buscan soluciones fáciles y por lo tanto tienden a
pedir la inyección de la toxina. No obstante, es preciso conocer los
efectos nocivos de dicho producto sobre los músculos de la cara y saber
que después de un plazo más o menos largo, puede aparecer parálisis.
* Conclusiones:
El kinesioterapeuta tiene un objetivo triple:
1) Mantener la troficidad muscular en las mejores condiciones posibles, a
la espera de que llegue el impulso nervioso; - dar consejos precoces de
prevención; - 2) Educar al paciente sobre su patología y 3) Prevenir por medio
de maniobras simples la aparición de hipertonías y sincinesias. Si bien
ciertas parálisis se recuperan en un lapso de tiempo muy corto, otras
pueden tardar un mínimo de 4 años. El terapeuta debe explicar al
paciente que la recuperación puede ser muy larga y que después de
algunos períodos sin evolución, la recuperación prosigue. En algunas
patologías, no es extraño que un nervio empiece a recuperarse al cabo de
2 años. Por otro lado, cuando la recuperación comienza después de
transcurridos 25 días, se observan movimientos musculares anárquicos
debidos a las ramificaciones terminales del nervio que provocan sincinesias.
El nervio se recupera pero nunca lo hace de forma genéticamente
programada. Con la afección, se ha desprogramado y la mímica facial sólo
puede recuperarse mediante el aprendizaje. Aun así, el nervio
regenerado ya no tiene la misma velocidad que el otro, ni los músculos
la misma respuesta.
En los mejores casos, la recuperación alcanza el 80 % y el terapeuta debe informar al paciente de que siempre notará una diferencia entre el lado sano y el lado enfermo.
En la mayoría de los casos, esta diferencia sólo se ve cuando el
paciente se emociona, está nervioso, etc. Existe un desfase importante
entre «lo visto» y «lo vivido». El terapeuta debe lograr que el paciente
comprenda que no se ve nada y que las demás personas miran pero no se
fijan realmente.
El terapeuta debe conseguir que el paciente trabaje «lo que no funciona» y
las molestias funcionales, a fin de obtener una solución gestual
satisfactoria para la vida diaria. Gracias a esta educación, la persona
logrará un mayor bienestar, ya que sabrá enfrentarse a sus limitaciones
de una forma natural y así podrá «olvidar su enfermedad».
En determinados casos, es posible ayudar al paciente con una cirugía
paliativa hasta la llegada del impulso nervioso; después, como último
recurso y una vez conseguida la recuperación máxima, se puede practicar
una cirugía definitiva. Sin embargo, todas estas decisiones se toman
caso por caso, dependiendo de la importancia del déficit existente y de
su repercusión, especialmente en la córnea. En el mejor de los casos,
queda alrededor de un 20 % de secuelas; por ejemplo, el ojo se cierra
con la risa, al pestañear o al bostezar, los músculos se endurecen con
el frío, y con la ansiedad aparecen movimientos clónicos e hipertonías.
La rehabilitación facial es fascinante y apasionante;
es un proceso muy sutil que requiere conocimientos en distintos campos.
Entre otras cosas, el terapeuta debe tener una buena agudeza visual y
sobre todo la capacidad de observar no sólo la zona que se va a trabajar
sino toda la hemicara, para poder detectar con rapidez los movimientos
anárquicos incipientes.
Gracias a la rehabilitación y a sus esfuerzos permanentes, el paciente puede recuperar su identidad y la armonía entre su «yo externo» y su «yo interno». No se debe olvidar que «la cara es el espejo del alma», el reflejo de la persona, su pasaporte.
El rostro posee una elocuencia silenciosa que habla sin hablar ni actuar, pero que sin embargo actúa sobre el otro. Tiene que ser capaz de hablar, callar y disfrazarse, pero también de expresarse y descubrirse.
Aldo Luyo Rivas.